Subo. Iré a lo alto de la montaña y en la cima de mis penurias. Una a una, secare las lágrimas de mis mejillas. Y en la fuente sacra de mis pupilas me saciaré.
Mis píes cojean en las muletas de los recuerdos. Son eslabones de espinas, son dolores que sangran sin medida.
En este enorme silencio y sendero de abrojos sembrado, una imagen me penetra entera. Es la niña, mi niña hermosa que yace y llora en lo recóndito de mi alma ignota. Es ella que me extiende su mano, su alma y corazón lastimado.
Los ruidos de la noche silenciosa apaciguan sus ansias y la luna esquiva se esconde tras los matorrales.
La fuerza de mi memoria me hala al eslabón de la infancia y mi corazón su luz bifurca.
Imagen: De la artista colombiana Doris Alis Mera Velasco. Obra de estilo realista cimentada en la espiritualidad e inocencia de los niños.
LuzMarinaMéndezCarrillo/ 24/11/2021/ Derechos de autor reservados.
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