Tiemblan las piedras bajo nuestros pasos
Predestinados al encuentro,
Como queriendo conocer el origen de la tierra
Incontables, anhelantes, aferrándose al tiempo
Prefigurado, absorto en tu figura
Colmado de tu voz y tus risas
Caminamos, como homenaje a nuestros huesos
Que buscan la médula del sentimiento
En las sombras del alma que descienden al pasado
Que buscan el mañana para integrar el amor
Para unirlo a los sueños
Me prestas tu oído, te ofrezco mi voz
Me brindas tu mano, te entrego mi pecho
Me abres latidos, prometo mi entrega
Para vencer los miedos experimentados, perversos
Para transitar los caminos
Que nos lleven a la ofrenda