Llévame a donde pueda contemplar el brillo de tus ojos, embelesada;
embriagarme del sabor de tus besos, encapsulados entre tus suspiros,
deslizar mis manos por tus pliegues, cobijados por mi sublime calidez;
acurrucarme en tu regazo e incrustarme en un rinconcito de tu alma.
Llévame a extasiarme con las estrellas en el cenit, para tocar su brillo;
y despejar el enigma que hace que tu luz me eclipse y me ate solo a ti;
envolverte con mis pétalos, bañarte con la esencia que perfuma mi ser,
descubrir, si es tu influjo o mi manera de amar lo que a ti me subyuga.
Llévame a sumergirme en los dulces acordes que me hacen pensar en ti;
sentir como tu alma me abraza mientras deslizas tus dedos por mi cuello
y nuestros cuerpos se ciñen incitados por la dulce melodía que suena
suavemente, y nos entrelaza, haciéndonos sentir como trasmuta el amor.
Llévame… a ese espacio donde el tiempo no existe y solo estamos
tú y yo, inmersos en esa mágica tierra donde hay ríos de abundancia,
el césped es la alfombre donde juguetean nuestras ansias desbordadas
y el aire nos acaricia impregnado del aroma de nuestros caros sueños.