Por un momento, en la cumbre de una montaña, su mirada se pierde entre un sordo silencio,
y solo escucha su profunda respiración.
- Detente, te has dado cuenta, que a veces estás aquí, pero a la vez estas tan lejana,
- Y dime, quien no se extraña al caminar por esas calles de toda una vida, y aún así no poder evitar sentirse invisible
en el espejismo del mundo, entonces solo dejame soñar con los gigantes verdes de la montaña.
y la vida continúa...