Sin poder dar forma al hastío esclavizado
en la realidad de nosotros espectadores
en esa pantalla azul con imágenes repetitivas
nos paramos solo para hacerle caso a la vejiga.
Ya no hay ni ojos, ni abrazos, ni caricias
de los supervivientes abuelos, no hay ritos de copas,
ni meriendas, ni fiestas, ni velas de entierros.
Las tradiciones han sido sustituidas por pantallas
que nos mantienen ocultos, alejados,
somos postizos, cartones pintados,
no hay cercanía, solo fotos risueñas falsas,
solo vemos claridades fatuas.
Nos bombardean imágenes dichosas
somos pantomimas de fantásticas historias
nuestras bocas, ojos, pelo y cuerpo
maquillados perfectos con un aplicación
somos piel con máscaras de red .
Hastiada de la autómata mentira
tenemos la venda húmeda
de proyectiles luminosos
vivimos insubsistencia
en un salón solitario
con figuras de cotillón
poeídos de demencia
Lale Neda