Nacer me has visto entre muchos lloros
a un verso, se abre el mundo
y caí del cielo nunca a gusto yo por eso...
Solo te digo lo que nunca debí haber sentido.
El amor es una trampa que nos atrapa a todos
en su limbo; cada beso sabe más a sangre
y resucita al monstruo del dolor
en nuestra herida. Pero los gritos
de desesperación los sangramos juntos
todas las noches y muy bien solos...
Así se marche un alma entre susurros
a experimentar lo que haya encima:
profunda música. Siente esta atracción
misteriosa hacia un mundo nuevo
que espera ser abierto al ella romperse
repartida en flores...
De vida y muerte ya más no hablemos.
El camino lejos de esto nos guíe
hacia un paraíso que creímos seco
en el mismo límite, tesoro que guardamos
de cuando éramos niños y de él huimos
intimidados por tanta belleza
en esos manantiales que aún nos reflejan
como entonces fuimos
(demasiado era para nosotros
aún tan pequeños... Pero ahora aquí
corre y disfruta, le digo a mi instinto,
que te lo has ganado naturalmente
solo porque existes; tú también aplícatelo).
Aún me dices que resista, porque la tormenta
vuelve... Y nos roba el sitio.
O tal vez ha sido solo un relámpago
ocasional, y el cielo bromeaba
(que no estamos solos...
Y nadie acompaña)
con arrojar abismos sobre nosotros
pobres sin alma si la consumimos
en esperar milagros que nunca llegaron.
¿Te hago cosquillas?
Tal vez así todo se acabe en tú sentirme
y yo feliz de que estés conmigo
y aun confíes...
Perdición la nuestra el querernos tanto
en placer volcar.
Evocando un sueño que nos haga célebres
al equivocarnos...
El volcán en boca erupciona
en fervientes besos
(corazón que estalla
en mí tan solo...)
que dar al aire y a que te llegan...
A donde tú estás flotando encima
yo siempre caigo, y que nadie avise
que tropezar es lo mejor
para sentirse aún vivo y más portándome.
Te regalo el vicio ya por pereza
de no querer otra cosa sino gustarte:
me muero en versos yo siempre entonces.
Me tienes preso y qué elección:
así viajo; juntos veremos lo que es que haya
bajo este suelo y sobre estrellas
nombre será el nuestro con que firmaremos
tan agraciados por divinas fuentes
de las que bebemos sólo el amor
para estar bien ebrios de un aroma a bosque
en nuestros pensamientos extraviado el hoy.
Yo a ti te cuento que no sé quien soy
pero no lo repitas (no, por favor...)
para que lo sepa algún otro que me vuelvo loco
y por qué no si esto es amor
y ahí fuera el odio nos trae aparte
lejos de todo lo tan explorado
en comernos solo un pequeño trozo...