Como lágrimas oscuras
las golondrinas de la pena
invaden mi alma de melancolía,
y sus rizos...
¡ Ah sus rizos ! ,
en los más oscuro de la noche
invaden mi alma dolorida
de tristeza desaconsejada de dulzura,
el ayer,
vence a la mañana irritada
de su ausencia...
y nada se interpone
entre mis sueños,
y el más envilecido de los absurdos.