Yo quería hacer muchas cosas contigo, quería reinventar una historia ficticia, de estas que de la nada te dan risa.
Yo quería apostar las barajas, a pesar de que uno sabe que la lleva perdiendo.
Quería eclipsarme y sumergirme en tus brazos y que por un segundo el universo entero se nos fuese dado.
Yo quería usarte por escusa, para ponerme a la luz de la llena a escribir una prosa. Compararte con aquellos parajes, y que a la primicia de tu belleza refleja en mi pupila fuese favorecida.
Yo quería un millar de reencuentros con vos y conmigo, ambos atraídos como lazos anclados.
Escuchar a Paganini bajo el cielo infinito. Que concluyeramos en la misma sinfonía.
Vos hablando de Borges, yo distraída de la vida.
Discutir por las olvidadizas cosas que he dejado encendidas.
Yo quería caminar el mundo contigo, y también quería que el mundo caminara con vos y conmigo.
Hablar sobre el buen Blues norteamericano.
Sobre las cosas buenas sumergidas en toda esta mierda.
Que por primera vez entendieras que mi frecuente duda no tiene compostura.
Que yo comprendiera que tu carácter no se iba a comprender con mi terquedad y mi absoluto desinterés por las cosas sin forma.
Yo quería que entendieras que las ataduras poco tienen que ver con el significado del amor y mucho con la pertenecía.
Que uno puedo querer sin quedarse y que para querer estar implica volar y conocer otros parajes.
Quería que esperarás pero dijiste que se nos hacía tarde, pero yo vi hacia atrás y no había alguien que nos estuviese contando el tiempo.
Yo quería...
Quería de la forma en que te quise.