Cada día anochece,
cada día amanece
llueve, truena, graniza
y después sale el sol;
tras un gran desengaño
volverá la alegría
de mirarte al espejo
y encontrarte mejor,
de vencer las traviesas
que te pone la vida,
de confiar en ti mismo,
de pedirte perdón
por el daño causado,
por el mal que te infringes,
por el miedo y la rabia,
por la pena y dolor
que corroe tu alma
que te empuja hacia el odio,
ese abismo de muerte
en que tu corazón
se despeña en la noche
esperando un mañana,
un futuro sin miedos,
ese mundo de amor
que se aleja y se pierde
cada vez que maldices
cada vez que te niegas
una vida mejor.
Planta cara al destino
con tu amplia sonrisa,
besa, abraza, defiende
tu mañana, tu hoy
que tus brazos abiertos
sean esa alborada
que ilumine la senda
que nos lleva hacia Dios