Josefina Barreto

SOÑAR NO CUESTA

Quisiera ser invisible

y salir por la ventana,

fugarme por la abertura

que hay debajo de la puerta,

pasar por la cerradura

junto a la sala desierta.

 

Y una vez estando fuera

ir flotando hasta tu casa

y sin que nadie me viera

diluirme en tu taza

de café y ser la primera

que los labios te rozara.

 

Me colaría hasta la ducha

y, bajo la regadera,

de jabón sería burbuja

transparente y tan ligera

que recorrería tu cuerpo

sin que apenas lo sintieras.

 

Sería el nudo en tu corbata,

tu camisa limpia y fresca

y hasta el agua de colonia

con que la barba te afeitas.

Te acompañaría, enredada

en tu reloj de pulsera.

 

Y ya después, por la noche,

cuando cansado volvieras

sería el almohadón de plumas

que acogiera tu cabeza

imaginando que sueñas

con nuestra vida en pareja.

 

¡Ay! Soñar no cuesta nada

para un alma prisionera

atrapada en otro cuerpo,

quizás hasta en otra era,

en un universo alterno,

tal vez en otro planeta

que te sueña noche a noche

y te mira en cada estrella…