Rafael Huertes Lacalle

ROMANCE TRISTE DE OTOÑO

 

 

 

Será, que llegó ya el triste

Otoño, y de su capa

silba ya intenso el viento.

¡Ya! en torno al árbol canta,

y en giro sobre la copa

con sus acordes arranca

las gualdas y secas hojas

antes verdes de sus ramas,

que las hacían frondosas

y tan felices vibraban

con la dulce brisa estival

en noches de luna blanca.

 

En este silbar del viento

cuando las noches se alargan,

sobre parque y tierra esparce

hojas ocres y hojas gualdas,

tapizando todo el suelo

a la par que inunda el alma

en tedioso desaliento,

tristeza y añoranza,

que nos trae la tenue luz

de estos días que se apagan.

 

Desgarradas nubes grises

cubren la atmósfera azulada.

Estremece el ancho cielo

por gotas de agua perlada

que mojan el frío viento,

calan hondo hasta el alma,

alejan el pensamiento y

deja absorta la mirada,

perdida entre los recuerdos,

a través de una ventana,

anhelando días de sol;

de mar, de arena, de playa...,

de canciones pasajeras

que las olas recitaban

a la suave brisa del mar

en noches de luna clara.

 

Ahora, ahondo mi pena

en esta tarde cerrada,

con una estación sin vida;

vientos desnudando ramas,

rosas sin pétalos rojos,

blancas rosas deshojadas,

niebla densa en el corazón y

lágrimas desconsoladas.

 

¡Perdón!, por sentir hoy pena.

Por mi alma lacerada,

mi resignada tristeza...

por trazarla y pregonarla.

¡Será este triste Otoño

o este virus que nos mata!.

 

                                                                                                                     Córdoba 20 de Octubre 2.020