Tomando café caliente
en el techo de Laviana
me sentí en el Nirvana
en reposo de la mente
y bebiendo de la fuente
termo de mi libertad
entregué mi voluntad
al mar de nubes eterno
en que perdí mi gobierno
y toda mi potestad
Un sentimiento de paz
del alma en plena alegría
estima un nivel audaz
presagio del ser capaz
ante la alcanzada gloria
y la emoción de victoria
una pasión de montaña
y cima de dura hazaña
de ventura estacionaria
Aitor Duarte Fernández