Venga, acérquese a mí. Siéntese a mi lado. La invito a ocupar el palco que mi vida le tiene reservado. La función está por comenzar.
Póngase cómoda. Le sugiero que la disfrute. Antes, quisiera que comprara mis besos, esos que le servirán para pasar el tiempo, esos que le cobijarán cuando sienta frío, aquellos que sentirán la salinidad de su rostro cuando sequen sus lágrimas. Dsifrútelos. Son sólo para usted.
Ahora, la película va a comenzar. Ponga atención. Debe saber que usted es la protagonista de este film, la directora de los sueños que llevaron a realizarla. No quisiera que se parara y se fuera en medio de la función. Así se perdería el final, aquel cuando yo muero sin usted. Le pido por favor no haga eso. No me deje solo contemplando el final en soledad.
Quiero que sepa que usted es la productora de mi vida. El posible Óscar que esta película podría recibir se lo debería a usted.
Quiero que contemple las escenas esas cuando yo la acaricio; el placer que me da tenerla conmigo. Aquí. Acompañándome.
Llore si en algún cuadro sienta pena. Siempre estaré ahí para usted, secando sus lágrimas con mis besos, cobijando en mi corazón sus gemidos de dolor.
Quiero que llore el final junto a mí. Ese final real, no el anterior, en el que yo muero junto a usted, terminando con mi vida esta película, la mejor historia de amor.