En una mañana gris sin futuro. Hay dos soles que reaniman. Sí, porque perder la fuerza es duro. Menos mal que ellas la vida animan. Cuando las piernas no obedecen. Solo nos queda la voluntad. Sin ellas cuerpo y alma perecen. Y lo eterno se queda en brevedad. . Hay que subir. Por dura que sea la cuesta. Al final puedes sonreír. Hay que abrir la puerta. Hay que sonreír. Y hay que regar la huerta.