Necrofagotimes

On/Off.- 28/11/2021.-

Incapaz de sostenerte en una rama,
En una idea, en algo que te aquiete,
Avanzás de un lado a otro dibujando tus elipsis,
Constelaciones invisibles por el aire.

Sé que alguna de todas dicta
(Sin proponérselo, casi defensivamente) mi suerte;
Sé que es tu modo de disfrutar, esa corriente
De pensamientos, de ocurrencias que bailan frente a mí;
Justo frente a mí, que -¡juro!- puedo seguirlas.
Significan, por la propia cadencia,
Algo más allá de ellas mismas.

Yo no me opongo a ese fresco torrente de sucesiones
Que concatenás, como un niño que quiere mostrarle
A alguien que -¡de pronto!- le importa mucho
Los más preciados tesoros y secretos
Que habitan su longeva alma.

Luego de advertírtelo,
Comprendo que explicarte
Que tal derrotero me aleja un poco
De la capacidad cabal de disfrutar todo
Lo que das a luz en el mero hecho de nombrarlo
Es un acto mezquino y pesaroso de mi parte.

Lo que sentís es un colibrí que no para de volar.
Teme que lo atrape, teme morir entre mis manos,
Nacidas para darle a las cosas un lugar y algún sentido,
Una pausa, ahora tan angustiante
Como innecesaria.

Comienzo a instruirme, entonces,
En el verdadero juego de escucharte
Aletear en las palabras,
A veces comentándote y otras
Un poco perdiéndome en las sílabas brillantes de tus plumas,
En tus cabriolas imposibles en el viento.

Comienzo a escucharte como se mira a un colibrí.
Aprendo a quererte suspendido en el cielo,
Brindándote las mejores flores de mí
Sin proponerte una jaula.