Nada es nuestro en la tierra,
ni las flores
ni las nubes lejanas,
ojalá una cosa
fuera mía,
ya sea pura
ya sea mundana.
Rozan los pies descalzos
el barro
el agua,
ya no importa
si es caliente,
si es fría.
Acaricia la piel desnuda
el viento
la sequía,
ya no importa
si es de noche,
si es de día.
Ruge mi hambre
mi alma
mi vida,
a nadie importa
si es por algo,
si es por vacía.