Quiero cantarle al amor,
quiero cantarle a la vida,
a esa niña consentida
que me cuidó con fervor;
me compartió su calor,
me protegió sin medida,
a la fe le dio cabida,
me rescató del dolor,
actitud siempre serena,
agradezco su atención
solicitud siempre plena,
siempre lúcida razón,
mujer noble, franca y buena
dueña de mi corazón...