¿Sabes? quiero contarte mis asomes,
la historia de una larga sinfonía,
era dulce y tierna y contenía
fragancia más bonita de las flores.
Era tan hermosa en todos sus albores,
era pura ante tanta lejanía,
su silueta tan simple se volvía
saliendo desde casa con amores.
Ella era la mirada de una diosa
primer beso de un niño adormecido
se vestía como reina primorosa,
era ella la ternura que no olvido.
Mi abuelita, mi eterna, mi preciosa
del fulgor de unos labios ya dormidos.
Dialicex