Tu novia eterna

Mesita de noche

Aquí está calientito,

aquí entre tu regazo desnudo puedo sentir tus latidos, 

¿que porque te amo?

no creo que necesito explicarlo si cuando te miro, las palabras carecen de sentido,

no estamos en casa, no es nuestra, ni tuya, ni mía,

pero he logrado amarte y se decir que mi hogar es contigo,

no lograremos vivir del amor, ese solo es el néctar sagrado de algún destino,

pero sé que cada tarde cuando se pone el sol quiero escuchar tus latidos,

posar mi cabeza y mi cuerpo desnudo sobre el tuyo, guardando espacios, recorriendo lugares desconocidos,

conversar despacio sobre tu boca de algún tema respirando el aire en tus pulmones, 

terminar despacio cansado, ausente a mil latidos,

pero no estas aquí,

¿desde cuándo estas tan ausente?

Ya es muy tarde y te espero,

me he acostado pendiente de que el lado de tu cama sigue vacío,

¿por qué hace tanto frio?

recuerdo aquellas noches en la que no nos hacía falta la ropa,

cuando me recostabas en la cama sin ninguna intención de lastimarme,

mis días vacíos esperando la complicidad de tus besos,

las tardes taciturnas que me costaban arrepentimiento,

esa distancia que nos cuesta,

para que de noche llegaras a casa y se disipaba aquella duda,

ese \"nosotros\" tan ausente. 

Ese mi amor te extrañe, callándome en un gemido,

No sé qué nos pasó,

la luna me alumbra con su resplandor para mostrarme que ya es, ese triste mañana,

y no has venido,

solo queda el libro que en la mesita de noche que olvidaste haber recogido.