Si la pelota atravesara el muro
y si mi abuelo pudiera ser mi hijo
y si en la caja el gato vivo muerto
maullara al viento, con brisas de silencio.
Las gravedades etéreas como el aire
serían palomas alzando su alto vuelo
y los gluones serían amantes tiernos
paseando en góndola por todo el firmamento.
E incluso el tiempo sería galante siervo;
amable amigo portando sus bonanzas.
Si en mis bolsillos guardara yo centellas
y en mis armarios galaxias entre cuerdas,
sería la magia blasón de una bandera
y todo triunfo vendría a ser de acera.
Los muchachitos jugando con sus metras
serían los dioses del Cielo aquí en La Tierra.
Y las lombrices que nutren el subsuelo
serían obreras de fábricas de telas.
Con el zumbido de avispas y avispones
me haría un tejido de grandes dimensiones;
y llenaría con tantas emociones
todito el orbe sangrado de ilusiones.
Si la pelota rompiera la barrera
de las paredes que esconden gas y esfera
sería posible descomponer la abeja
y hacer del néctar el sueño de otra era.
Autor: Felipe Antonio Santorelli
Alias: tonisan