Se decir que, 3 abrazos son necesarios para salvar la vida de una persona, pero me faltan dos, llevo uno y me he parado a pensar en que si la muerte es una solución. Pensé en saltar del edificio que posee una altura considerable como para no despertar, fantasee con mi bata blanca y mil sueños en el bazar mientras caía de picada y mi cerebro se destrozaría en mil pedazos y listo, ya está todo termino. Pero también pensé que sería del resto y lamentablemente me di encuentra de que no valgo nada, mi personalidad seria fácilmente remplazada por otra, mi rostro desplazado por uno más hermoso, mi voz tartamuda por alguien que resuene con eco en una habitación vacía; no había nada de mí que realmente perduraría, ni mis besos, ni mis abrazos, mis palabras, aquellas que con dolor y amor resultaron germinar ausentes de mi boca, todo eso desaparecía, todo conmigo y nadie me extrañaría, ¿cómo pueden causar eso las personas? aquella tristeza permanente que en un minuto te descontrola, en ese minuto de silencio me di encuentra de que no soy nadie, que no he logrado nada y que moriré sin que nadie sepa, nadie sabrá que le paso a Samantha, cual es la razón por la que ese día no vino a clase, nadie conoció era risa que aunque carece de gracia lleva mi nombre. Se perderán de mí, de todo este potencial que no di porque estoy demasiado triste pensando que no valgo nada. Y sigo aquí, esperando esos dos abrazos que me salven de un destino el cual no estoy lista para escribir.