Derrite el glaciar un volcán en erupción,
ocasionando una sórdida intención en un manuscrito,
y el ímpetu del escrito yace borrado entre su página,
hay corredores vacíos y desencantados,
donde bebe un anciano en una posada el whisky más fuerte,
organizando un éxodo dentro de él,
al compás del alzar de una copa;
ha dejado una impronta sin sentido
y una apagada voz en un ventilador.
Son negras y blancas las estrellas en muro de marfil,
ausentes los bríos de los títeres sin cuerdas,
aspirando la seca ventolina de un instante eterno.