Que te espero, no lo dudes con ansias
locas, que mi amor por tí es inmenso,
como el mar azúl en plena calma,
y mi ilusión está pegada en mi tierno
corazón.
Dichoso sería, sí usted me
diera su ternura de mujer. No tarde
que me llenaría de pena, y me moriría
de nostalgia, al no recibir su tierno amor.