Mauro Enrique Lopez Z.

Me regalaste tu sonrisa

Me regalaste tu sonrisa aquella 

tarde, yo me puse como un niño,

nervioso, que bonito fué;

hoy llevo en mí tu ternura de mujer.

Cada que llega a mi habitación, disfrutamos del amor, y me dejas 

alegre, que hasta me voy a navegar.

Soy tan dichoso, que mi trabajo es duro, 

pero tú recuerdo, mis días, los veo 

rosados. Que encanto eres tú

mujer, en mi corazón con amor.