Si aquellos que amaron
y lo dieron todo,
dejando jirones
juntando dolor,
un lugar ganaron
en el amplio cielo,
sufrieron y gozaron
siempre...por amor.
Tras un remolino
de hojas al viento,
tibieza en el aire
la envuelve CHOPÍN,
sueña que lo besa
y abraza hondamente,
todo se ha esfumado
las caricias...también.
Tic tac de las horas
las agujas vuelan,
volver al pasado
si pudiera ser,
le diría cosas
que nunca antes dijo,
suerte de milagros
podríamos...ver.
Tal vez haya un sitio
para penitentes,
heridas sus almas
por una ilusión,
cortejo de penas
camino al olvido,
temblando sus labios
con una...oración.
Envuelta en la magia
de sus fantasías,
fabricó con ellas
un hermoso edén,
en él dos amantes
se funden en uno
amor de allá lejos
que lindo...que fue.
Es conciente que eso
pasó y no vuelve,
espacios de tiempo
para acompañar,
un dulce recuerdo
que no tiene olvido,
no vale amargarse
esto...es lo que hay.
Nadie le contesta
el tiempo tampoco,
se fue sin decirle
ni siquiera adiós,
se envolvió sumisa
en sus utopías,
hoy está tan sola
un día...eran dos.
Sus manos dolientes
tocaban el piano,
y esa melodía
volaba hacia él,
un amor tan grande
muy dentro guardado,
ella, su teclado
y un vals...de CHOPÍN.
Boris Gold