Desde lo más alto de la montaña, me dirijo a ustedes.
Mis amigos, y amigas del alma, para que juntos brindemos
Por la dicha, y la desdicha, por las alegría, y las tristezas
Por los grandes amores, y porque no, los desamores que nos
Hicieron crecer y aprender, por eso y más brindemos.
Les hago una llamada, y es una llamada de amor, para que
Juntos levantemos nuestras voces al cielo, y demos eternas
Gracias, al Señor que es luz, y amor, démosle las gracias por
Habernos enseñado lo que es el amor, tanto en lo bueno como
En lo malo, en lo sufrido, como en lo hermoso.
Esta es una llamada del cielo, y su nombre es amor, y viene del
Mismísimo Dios, levantemos nuestras voces al cielo por aquellos
Amores, que se fueron, los que están, y los que pudieran llegar.
Mis eternos amigos del alma, hoy levantemos nuestras voces al
Creador, rogándole al supremo que nunca desaparezca el amor.