Esa estrella rutilante,
que en la noche, tal cual lanza,
ágil vuela como halcón,
va dejando estela de alba
con su polvo de cometa,
fulgente como la plata
fugaz como luz de flor.
Celeste sin luna clara
centellea con fulgor
y, si en la noche estrellada
de agosto, por San Lorenzo,
-cual lágrima derramada,
cual rayo veloz de Thor-,
la ves que el cielo surcara,
insta un deseo anhelado,
elévalo y en volandas
-dice eso la tradición-,
verás cumplido con ganas
tu suspiro..., tu ilusión.
Rafael Huertes
12 de agosto 2.021