…Hoy me levanté, pisando blando algodón.
Mi corazón entonó alegre; ¡Gloría a Dios!
No sé. ¿Qué pisaré mañana? …si collados de flores,
Gargantas de lodo, esteras de espinos o masas de lágrimas.
¿Doblaré maldición…?
¿Vestiré mortajas de angustia…?
…No lo sé!
…Dios! Te pido, que te glorifique, en el día de angustia.
Como en este día, de rebosante alegría, que pisé gozoso,
del blando algodón, que plantaste, en mis pies.