Nos pasamos muchos toda la vida buscando protección,
seguridad y magnética y primitiva caución,
al final muchas veces nos resignamos con alguna quita o dación,
es el extraño silogismo de evitar la extrema unción.
Yo ahora procuro ver cualquier momento como el último,
ya no me convence la continua y milimétrica planificación,
hasta en el trabajo busco momentos de levitación,
casi nada es definitivo ni cáustico, la mayoría es relativo.
Procuro no caer en la falsa compasión,
veo mucha en los demás hacia sí mismos,
se consideran merecedores de mayores lisonjas y premios,
a todos nos cuesta mucho ver nuestros graves defectos.
La némesis de la protección,
la mejor armadura es la autoestima,
la mejor arma es tu propio criterio y la independencia,
la mejor singladura es la que marca tu bendita conciencia.🤔