LNT©®VanessaTawer
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La encontré en una esquina, era un alma indefensa,
sus ojos y su expresión corporal pedían auxilio a gritos.
Pedí a mi esposo que detuviera el carro. Era una pequeña cachorrita de máximo dos meses de vida.
Tomé rapidamente un paño, la envolví y la llevamos a casa.
Al día siguiente la llevamos al veterinario, quién diagnosticó desnutrición y un trauma en las vertebras del cuello, con heridas provocadas, al parecer por una cuerda con la cual habían tratado de ahorcarla.
La clase de vecinos que tenemos en el purblo _dijo el veterinario-
Si hacen esto con un animalito indefenso, qué cosas no harán con un niño o un anciano.
Así es _dijo mi esposo- mientras sostenía el animalito para que el veterinario le aplicara suero hidratante antibiótico, analgésico, como inicio del tratamiento.
Hoy, Fortuna, hace parte de la familia. Siempre atenta a todo ruido extraño dentro y fuera de casa. Juega con los niños y los adultos que conforman nuestra familia. Durante la noche, hace uso de sus facultades policiales, no permitiéndo que los gatos del vecindario y los amigos de lo ajeno entren a nuestra casa.
Ella es un amor un amor pintado de azabache y ojos color café maduro.