Jared Rosado

Despedida de tus adioses

La insólita mañana
va recordando tu nombre
apagado e inocente
te escribo.

Verso I

Las arañas de mis laureles
abren la paz de mis cárceles
al mirar al cielo veo tus carteles
con unos tonos obscuros, radiantes.

Las preguntas tienen respuestas
jamás había tenido tal problema
es que tu llanto me despierta
y hace que mi canto hierva
que mis labios te pidan de vuelta
apaciguada, casi como luciérnaga.

Tus preguntas, pocas y certeras
envuelven mi mente áspera
haces de los sonidos una primavera
esta madrugada es menguante convexa
ya que estas conmigo
y ya no hay otra cosa
que quisiera más.

Haces que mi tierra sea roja
partes mis cocos sin agua,
vuelas mis letras en sinagoga
sientes mi cintura rota
estás retraída en mi pintura
tus ojos son acuarelas
tu piel simple sombra
tú rimas con la vida.

Eres mi guerra ahora
causes del loco que te ama
velas por mi espera
cierras mis ventanas despertadas

Casi apagada anocheces
casi despierta brillas,
ardida del frío retardado
abrazada a mis montañas
a mis cárceles de huraño,
soy humo ante tu llama
casi apagada anocheces
pero solo así, casi así
ante tu ronquido ruido
te amo.

 

Verso II

Tus ojos fuertes como la luna
encendieron en mi corazón nocturno
la definición perfecta de tu lindura.

Y ahora tus ojos revientan
tus rayos entran por las nubes 
las mañanas lloran tu risa fresca
pero estas aquí, casi como primera.

Tu luz lúcida y limpia perdura
tú pérdida en el limbo oportuno 
tú flaqueada por los problemas
tú sin pereza solo con pureza.

Amargada por los hechizos 
fría pero no indiferente 
estas hecha para mis ojos
aunque sea temporalmente 
una temporada nada más
¿para qué pedimos un para siempre?
estás bien aquí
¿dónde más el amor va a esconderse?

Verso III

Avalancha de tus sueños cimeros 
eres una mujer con ojos cual sinceros
expresas más que la diurna de mis ojos
eres un espejo en el cual te veo.

¿Por qué lloró en este momento?
es como si mis lágrimas fueran desconocidas,
ocultas en el fondo del mar,
pronunciadas pocas veces en la realidad
prohibidas e hipnotizantes para la sociedad,
pero estas tú
y mi llanto perplejo 
llora por tu mirar
a veces sin lágrimas 
a veces sin tartamudeo
solo con mirarte y suspirar
aquí estás tú
aquí sin llamas.

Verso IV

¿Cuánta fuerza puede tener tú despedida?
nadie se había despedido de mí
siempre pienso que debo despedirme
pero muy pocos se han despedido de mí.

Y tú...
Vaya...tú

Hoy rompiste 
Ese pequeño déficit 
Me has despedido 
Y tú adiós sonó
a un te quiero.