Enséñame a pisar las rosas bravas del color de la Luna sin que sus espinos asesinos hieran y hagan sangrar a mis pies desnudos
Enséñame el lugar donde vivías, he olvidado el camino dónde me encontrastes, medio muerto en aquella alberca llena de lágrimas y mi alma destrozada donde oí tus palabras que susurrabas para saber si yo las oía.
Enséñame otra vez el sonido de tu Piano que yo me atreví a tocarlo, y aunque desafinando con tus manos sobre las mías me decías palabras desmenuzadas, sueltas y solitarias, que decían lo mucho que me amabas.
Recuérdame como tocabas sensualmente tu cuerpo, para darle vida al mío, que estaba dormido, si me lo recuerdas, puede ser que aún resucite, que sienta
que no he muerto al sentir mi sangre correr otra vez por mis adentros.
Recuérdame que pueda sobrevivir en la esperanza, y que no me duela, mientras se cura mi Espíritu flotando en el aire lleno de tristezas y sueños aún no cumplidos
Mael Lorens
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de Autor 02/12/2021