Tres estrellas dan luz a mi camino
en las noches pobladas de tristeza;
tres estrellas de singular belleza
que han sido elementales a mi sino.
En su vuelo me hicieron peregrino
pues se llevaron toda su terneza,
y no sé hoy cómo llevo mi entereza
por estar tan truncado mi destino.
Alondras empujadas por el viento
por extraños misterios de la vida,
que hoy alumbran el alto firmamento.
Mas a pesar de dejar mi alma herida
forman la base en la que me cimento
y el sentimiento que en mi pecho anida.
Jorge Horacio Richino
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