Los días han caminado deprisa sin ti a mi lado
apresurando sus pasos por las calles de mis melancolías.
El viento ha golpeado fuerte al corazón
dejando un rastro de carreteras polvorientas tras de sí.
Ha vuelto a llover en esta noche fría y sombría
sin un abrazo, sin un consuelo,
sin ese instante que me devolviese la ternura de tus besos.
Ha llovido y sigue lloviendo en las inhóspitas aceras de mi sentir
mientras espero ansiosa una palabra, un abrazo, un te quiero.
Está amaneciendo tras los retazos rotos de este pensamiento
que me arrastra, que me lleva a la memoria de aquella gloria
y es que esos dulces recuerdos desarma profundo mis huesos,
los aprisiona y los vuelve a liberar…
Y en ese descuido de sentimientos vuelvo a brillar
como estrella radiante, como estrella fugaz,
como aquella estrella que una vez fue la niña de tu hogar…
Y sobre el cristal mojado las gotas de lluvia se resbalan
y caen al suelo vencidas
empañando la vida con sus viejas y añoradas golondrinas,
caen vencidas una y otra vez
como mis lágrimas en esta madrugada fría y desorientada …
¡Y duele! ¡duele! ,
este nuevo día que sabe agrio y maldito,
este nuevo día que amanece gris en el infinito
este nuevo día padre
que parece no tener olvido…
Recuerdo tu caminar a mi lado
en ese largo camino repleto de emociones,
piedras que me enseñaste a saltar
páginas que escribir, letras que asimilar…
El resplandor de tu mirada
conversando sobre los primeros versos
que la vida me brindaría…
Tus mimos al ocaso de cada día
destellos de esperanza en tu palabra
rebozando los deseos en mis ojos de chiquilla
avivándolos de riquezas, de jubilo, de ímpetu.
Tu voz pronunciando mi nombre…
La caricia en mi pelo cada anochecer,
la suave sonrisa que pacificaba mi sed
tus cabellos blancos perfumados con aroma de azahar…
Padre,
los días han caminado deprisa sin ti a mi lado
y a pesar de tu ausencia siempre sentí que caminaba de tu mano
alzando la mirada hacia la cima más alta
donde el camino se pierde donde los sueños son metas por alcanzar…
¡Y duele! ¡duele!,
este nuevo día que se torna lánguido y amargo,
duele este día que amanece
y regresa lleno de llanto
avivando las melancolías a su paso .
Mo Anam Cara
Derechos Reservados