Dicen ellos;
Los gritos:
Que desgarradoras fueron sus palabras.
Y que soñar no pudo,
pues llevaron su alma,
al lado oscuro de la vida.
Dicen ellos;
Los gritos:
Que la oyeron caer,
al ver detenido a su esposo,
al ver que caía al pozo,
del dolor y la amargura.
Que al contemplar tal locura,
nadie podía ayudar,
y por ende y por asomo,
la depresión la vio cruzar.
Dicen ellos;
Los gritos:
Que ella hasta el último día las pasó llorando,
esperando y esperando,
a que Miguel volviera,
y de la nada y a su vera,
le recitase una poesía:
A ella, a Josefina Manresa,
a quien tanto amó,
y a quién tanto quería.