Esta araña gorda y peluda
por cuya multitud de ojos nos vemos reflejados
en un prisma opaco y terrible
acabará por comernos vivos
sin que nos demos mucha cuenta de ello
Es el reflejo de lo que más tememos,
creación nuestra
(representación literal de la profunda
inconsciencia)
y nosotros tan nimios como una brizna
de hierba
acabaremos por salvarnos de sus redes
pasajeros simplemente
siempre y cuando atendamos
a sus rutinas y ritmos
para que otra vez no nos encauce
con sus trucos de hechicera maestra
encandilados, aglutinados después
conjuntamente con todas las presas
que acabarán formando parte
reconstituyente de su enorme barriga
productora de ácido
para seguir siempre a rastras
con su vida maligna.
Puta, llamémosle, bicho del infierno
vuelve a quien te trajo para comértelo entero.