Un bostezo, mojado y enfurecido,
dejó sus evaporados acordes
presumiendo frente al espejo.
Los rumores del querer,
con su incolora esperanza,
dotaron de fantasía a
los sueños que se acercaban.
Por desgracia,
apenas se asomaban para
ser realidad, temerosos,
decidieron permanecer a la espera,
ocultar su reflejo por una noche y,
simplemente, dormir
detrás del espejo.