Neruda podía escribir
Los versos más tristes esa noche.
Hoy, yo también puedo.
De hecho, puedo inundar con lágrimas
El colosal vacío
Que quedó entre los dos,
Al menos, la mitad, mi mitad.
Puedo jugar al silencio durante siglos.
Ya no hay palabras, ni sintagmas.
Ya no hay sujetos, ni predicados.
No hay oraciones.
La coherencia, la cohesión, la sintaxis
Se marcharon contigo.
De adorno está mi boca.
Puedo abrazar mi almohada
En busca de lo inversamente proporcional
Aunque directamente proporcional
Sea el resultado.
Puedo ser la envidia
De las más fieles estatuas.
No me muevo,
No parpadeo,
No respiro,
No canto,
No lloro,
No hablo,
No existo.
Congelo mi vida
Para solo de esa maldita forma
Esquivar mi realidad sin ti.