Entre copas de vino tinto
mesclo los frutos de árbol,
de aquel que sopla mi ventana,
anunciándome una primavera cercana;
tan cercana como él,
al emprender sus rayos
por entre montañas;
grandes y fuertes,
en donde suelo ver bajar el agua
por las cascadas vírgenes
de una naturaleza;
esta que ama ser creadora de vida,
y se alegra cuando muchos la saben tratar,
¡pues siente un beso eterno
entre cada suspiro que la llena de sutil
magia de la creación divina!