1/7/2008
Cada noche al mirarme en el espejo, unos ojos se clavan en mí,
A voces, emiten silencios ahogados en llanto…
Me pide que la libere de la cárcel que la obligan a vivir...
Me niego a escucharla pues siento miedo;
Te engañas a ti misma-me susurraba-pero aun así seguía ignorándola sin importarme su alma dañada consumiéndose entre lágrimas.
Decidí arrancarme el corazón para no sufrir más su pena pero volví a descubrir un sentimiento de vacío en mi pecho.
¿Cómo era posible si tire mi alma a la basura?
Me respondió diciendo que jamás me libraría de ella pues era mi espíritu encerrado tras ese cristal que me mostraba día a día la verdadera realidad que me empeñaba en ocultar bajo un escudo de carcajadas…
¡Me niego a aceptarlo, sólo quieres destruirme! ¡Prefiero desgarrar mi alma antes de caer en tu trampa!-le grité con todas mis fuerzas-
Pero mi curiosidad siempre vence a la razón y no puedo evitar mirar al sentir un fuerte escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
Aun de espaldas puedo apreciar la presencia de la sombra indestructible de mi espíritu reflejado en el espejo de mi vida, empeñado en recordarme de nuevo, a pesar de querer borrarlo de mí, que las cadenas que atrapan mi corazón niegan mi libertad de volar…
Pero mi cobardía siempre presente cierra mis ojos y me precipita al vacío…
Sin embargo, de vez en cuando miro de reojo para asegurarme de que sigue allí impidiendo que me convierta en otra bestia más, habitando en este universo que poco a poco se muere en nuestras manos…
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