Existen momentos de esperanza,
que pocos lograrán entender,
mirar pasar la caravana
es ser de esa estirpe “espartana”
que va detrás del tiempo
por un nuevo amanecer.
Hoy camina la “barbarie”,
anquilosada y sin ver…
¡Qué en mi bandera hay mordaza!
¿Quién lo podría creer…?
Esperando una “quimera”,
¡Que nos venga a socorrer…!
Prefiero mejor que salgan,
al terreno “siete estrellas”
para alumbrar el cielo entero
y que pare de llover.
Ganar esta competencia
de todos es menester,
¿Cómo emerger de este laberinto?
Pues, algo tenemos que hacer,
¿Si se confina al “minotauro”?
Ya no tendría que comer…
Se moriría de hambre,
condenado en la intemperie
sin uniforme de guerra
cuando le toque perder.
Nada más inverosímil…
que un tigre herido
queriéndose defender.
Que advertir en llanto copioso
al implacable verdugo,
mendigando por clemencia…
Cuando arremetió con violencia,
porque nos humilló a placer…
¡Qué se unja en “libertad”!
la tierra…
¡Qué se desborde el padre río!
en las fronteras…
Porque la poesía soberana,
se respeta…
no se alimenta de mentiras ni de miserias.