Raiza N. Jiménez E.

Sabiduría Materna.-

Te acercaste a mí contento y parlanchín

Vestido para la actuación como arlequín

Arrancando sonrisitas a tu paso venías.

Acrisolada la tarde con su luz te envolvía.

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Los rayos del sol se reflejaban en tu piel.

Fuiste siempre puntual y en las citas fiel.

Podía ver que el color del traje resaltaba.

Buen porte y en el vestir, todo calculabas.

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Excesivo lustre y colonia que impregnaba.

El Adán tenía un verbo que impresionaba.

La palabrería tomaba cuerpo y nos distraía.

Mi madre que era sabia de allí no se movía.

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Hoy, que yo soy madre no critico a ninguna.

Las madres sospechan con o sin razón alguna.

Vigilan a lo lejos, son atentas, al interrumpir.

Nada se les escapa, y en silencio la ves venir.

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A una madre presente, casi nada se le escapa.

Ella, por naturaleza, en el aire, todo lo atrapa.

No necesita rastrear o estorbar todo lo sabe.

Se hace la tonta, hasta que, la verdad recabe.

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¡De tu madre, nunca desestimes, su sabiduría,

¡Antes de que nacieras, ella de ti, todo sabía!