Hoy me he dado a mí mismo un ultimátum
Y he apagado la pipa de la paz,
Yo no quiero seguir por esta senda
que no sé tan siquiera a donde va
rodeado de reses y cabestros
que te empujan, te obligan a seguir
la vaguada directa al matadero
rodeada de cardos y de orín.
Hoy me he arrancado collares y cencerros
hoy me he escapado ¡por fin! de este redil
en que nos tienen a todos confinados
prisioneros del miedo de vivir
en un mundo sin guardias ni fronteras
en donde el cielo y el mar sean confín
donde poder cantar a pecho abierto
donde bailar sin un ritmo que seguir
donde poder elegir a tu pareja
donde tener el derecho a ser feliz
donde el vecino no sea tu enemigo
ni el futuro una espada que eludir.
Hoy arrojo mis miedos y complejos
al oscuro vertedero del ayer
y renazco desnudo entre tus brazos
como un neonato sin carné
sin banderas, sin credos sin cadenas
que me no dejan ser quien quiero ser
un hombre libre, pletórico de vida
de ternura, de amor, de compasión
un romero hacia la vida eterna
sin ancora, sextante ni timón
un navegante escapando de la niebla
de la mentira, del odio y del terror.