Así va el caminante,
tacón retumbando
va siempre expectante,
buscando algo lejano.
Al costado mira el remedio,
al otro su interrogante
paso a paso va en medio,
figura todo amenazante.
Dilata su pupila faro brillante,
cubriendo el cuerpo desnudo
de los perros y ambulantes,
descalzo anda entre lo oscuro.
Desdichado. No obstante,
ve el horizonte afligido
la miseria de sus semejantes,
camina, que hay motivos.