Pienso que no existe el tiempo
y es mejor pensarlo así;
prefiero me arrastre el viento,
sople o no en contra de mí.
No hay agujas ni relojes
que me puedan conducir,
ni sonido de los bronces
que intento no percibir.
Soy una playa sin olas
donde no ruge la mar,
soy como una caracola
entre tantas otras más.
Jorge Horacio Richino
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