El amor va despacito,
penetrando, silencioso,
esparciendo hasta en los poros,
su ramaje en el camino;
cuando te sientes perdido
porque te sientes muy solo,
llega la fuerza, el aplomo,
de ese callado dominio;
el amor siempre te alivia
te rescata del dolor
como una interna caricia;
como luz del corazón:
es la fuerza más divina,
es la presencia de Dios...