Existen libros muy doctos
que nos enseñan bastante
pero lo más importante
está dentro de nosotros.
Somos seres inflexibles
cuando el furor nos alcanza
y resulta la venganza
algo común y factible.
Nos envuelve la indolencia,
nos consume el egoísmo,
creemos en idealismos
que no tienen consistencia.
Actuamos con negligencia
hasta delante de Cristo,
pues como no le hemos visto
no sentimos su presencia.
Y esa fatal inconciencia
nos conduce hacia el abismo,
pues seguimos en lo mismo
rodeados de indiferencia.
Será acaso aquella ausencia
del valor espiritual
lo que nos impulsa al mal
y acaba con la inocencia?
O será que ya se acerca
un nuevo ciclo del mundo
y nos hundimos profundo
en la ignorancia completa.