Medi Parlop

Culpable

Ya llegó la noche,
se oyen truenos a lo lejos,
se cerraron las puertas del castillo,
ya oigo los pasos,
de mi príncipe querido.

En esta noche, como tantas,
es incierto mi destino,
me pongo una sonrisa en la cara e,
igual que el primer día,
me dispongo, a servir a mi marido.

Un día me trae una rosa,
al siguiente, me regala un lirio,
más, cuando llega la tormenta,
sus manos de seda,
se convierten en espinos.

La madrugada ha sido larga,
tengo el llanto reprimido,
espero impaciente el alba,
para ver marchar,
a mi príncipe querido.

Me maquillo el alma y,
busco entre mis atuendos,
algún vestido bonito,
altiva y orgullosa,
me mezclo entre el gentío.

Doblan las campanas...
también podría,
haber sido mi destino,
pido por su alma y,
sigo mi camino.

Algunas me miran de reojo,
otras, sé que me envidian,
porque vivo en un castillo,
porque tengo un bello rostro,
porque tengo un buen marido.

Perdóname, madre mía,
perdóname, padre mio,
sé que soy vuestra vida, más
me faltan eslabones,
para llegar a mi destino.

Yo nací libre,
pero cumplo condena,
No recuerdo haber hecho nada y,
cuando quiero estar a solas,
subo a la torre más alta.

Disfruto del sonido del silencio,
mirando hacia el cielo infinito,
sueño con un caballero,
que me lleve lejos,
muy lejos.

Yo, nunca tengo razón en nada,
y tengo mal comportamiento,
siempre subraya mis errores,
y, mis opiniones,
se quedan en mi pensamiento.

Mi príncipe sabe,
que no le tengo miedo,
más llora y me ruega de rodillas,
me dice que, no volverá a hacerlo.
Muestra arrepentimiento.

Mi reloj no puede seguir parado,
siento ganas de gritar,
tengo opresión en el pecho,
ya no quiero seguir así...
¡Voy a salir de éste cuento!

 

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