Ya no hay “mafia del poder”,
López ya no va a poder
echarle la culpa a nadie,
ni a corrupto, ni a “innombrable”.
De sus fallas, sus errores,
tendrá que acallar clamores
que acostumbraba decir,
también de aquel maldecir.
Sobre de sus adversarios
en los eventos gregarios
deberá guardar guadaña,
porque ya no está en campaña.
Tampoco en la transición,
tendrá que usar la razón,
convencer con sus acciones
a cerca de cien millones.
De mexicanos valiosos,
de ciudadanos ansiosos
de que su mente despeje,
de que se olvide del “peje”.
Ya no es Presidente Electo
deberá ser hombre recto
tomó formal posesión,
que empiece a guiar la nación.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 04 de diciembre del 2018
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