Somos las decisiones
de las que cuelgan nuestras
ausencias. Como redes amarillentas,
uñas de tabaco, éstas, van alquilando
los lugares en ruinas próximos a
nuestros corazones. Cartas
que no mandamos, dibujos
que no hicimos, amor que no dimos,
aunque tampoco recibimos, como
esperábamos. Somos el resultado
de negligentes comparecencias,
de presencias simultáneas, de
hostilidades no resueltas, de amores
irresponsables. Y muchas veces,
como Heráclito, nos decimos,
voz por dentro, \'\'no pasa nada,
nadie se baña dos veces en el mismo río\'\';
y emprendemos nuevas aventuras
ignorando las que nunca resolvimos.
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